¿Sabes preparar correctamente el biberón?

Como bien sabemos, la leche materna es el alimento ideal para los lactantes, ya que contiene los nutrientes y defensas que el bebé necesita para su adecuado desarrollo y crecimiento.

Sin embargo, según diferentes estudios, menos de la mitad de los lactantes se alimentan exclusivamente con leche materna. Puede ser por diferentes razones y todas son válidas y respetables.

Y además, si es vuestro caso, podéis estar tranquilas. Las leches de fórmula actualmente comparten algunas características de la leche materna y son un buen alimento para el correcto desarrollo de tu bebe.

Algunas veces, venís a la farmacia con dudas respecto a la preparación de los biberones y por eso os dejamos algunos consejitos...

 

 

¿Los conocías todos?


¿Es la mastitis una de las principales barreras para la lactancia materna?

La lactancia materna es la mejor manera de alimentar al bebé debido a los múltiples beneficios, tanto físicos como emocionales, que ofrece a la madre como al lactante. La OMS recomienda que los niños sean alimentados, en el caso que sea posible, con leche materna hasta los 6 meses de vida. En España, el porcentaje de lactancia materna exclusiva se sitúa entorno al 30%, por lo que no se están cumpliendo las recomendaciones de los diferentes organismos internacionales.

Entre algunas causas, la mastitis, se considera uno de los principales factores evitable de abandono de la lactancia materna.

La mastitis es una afección inflamatoria de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria, que puede ir, o no, acompañada de infección.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se conoce que el 33% de las mujeres lactantes presentan un episodio de mastitis durante los 6 primeros meses tras el parto, por lo que una intervención temprana de esta afección, podría mantener la lactancia materna durante más tiempo.

El uso de probióticos, sobre todo cepas de Lactobacillus salivarius, es recomendado para el tratamiento y la prevención de la mastitis ya que estas cepas ayudan a disminuir el número de bacterias patógenas y por lo tanto, reducir el dolor de pecho y mantener así la lactancia materna durante más tiempo.